21/1/07

Arte/Religión.

Según se mire, el arte y la religión es una enfermedad, según se mire es la mejor aproximación a lo real. El genuino artista no pretende nada. Es el arte por el arte. Se siente a gusto creando, abandonado a la creación en un contexto favorable. Construir este contexto favorable es una labor previa indispensable. Todo arte es transcendente en la medida que consigue aproximarse a lo real. Todo arte es peligroso, o si se prefiere sacrificial. En la historia del pensamiento occidental, el arte deja de entenderse como copia de la natiraleza y pasa a ser creador de realidad. El artista/visionario hace una cierta experiencia de lo inacesible. En nuestro tiempo resulta evidente la dimensión religiosa del arte, su función compensadora de la secularidad y la tecnociencia. Todo el fetichismo, el mundo del diseño, el mundo de las marcas comerciales, es síntoma del vacío dejado por las predicaciones muertas de las iglesias. Trasnochadas e inservibles para muchos. El arte ha sido siempre sagrado, ambivalente. Ha provocado fascinación y temor. Y quien dude de ello no tiene mas que comprobar la inmensa desconfianza con que el arte ha sido contemplado por los poderes establecidos, muy particularmente por las iglesias. Ello es que el arte destruye los discursos estereotipados de la sacralidad oficial, para abrir las puertas del misterio mucho más terrible y mas peligroso de la sacralidad real. En el romanticismo los artistas eran muy conscientes de ello. Ellos transportablan la antorcha del misterio y a menudo morian en el altar del sacrificio.
Hegel decretó no tanto la muerte del arte como del caracter religioso del arte. El arte sigue siendo la religión de los que no tienen religión. La actualidad es una edad de cambio cultural, de fragmentación, provisionalidad, , vacio y eclecticismo. Hoy las vanguardias están en crisis permamente. No hay una orientacion general ya que todos los estilos están a nuestra disposición arbitrariamente. Hoy se lleva la mezcla de la nuevas tecnologias y el origen remoto del arte. La naturaleza vuelve a ser divina porque es imprevisible y creadora. La naturaleza es resacralizada. El monoteismo bíblico había despojado a la naturaleza de toda sacralidad, pero la religión subterranea, esto es el arte, ha mantenido siempre la llama. La naturaleza es ciertamente un todo. Pero además de armoniosa es disonante, cruel, arbitraria. No existen en ella las Ideas Platonicas. Noy hay leyes eternas. La naturaleza va improvisando sobre la marcha.
Hoy el arte ya no lo entendemos como trascendente, pero no es porque haya perdido el sentido de la trascendencia (porque el arte es trascendencia), lo que ocurre es que hay poco arte. Siempre ha habido poco arte.
Paniker y yo.

Dibujos

20/1/07

La mística y la muerte

La mística es la más completa evasión de la realidad. La mística se siente, por así decirlo, mas agusto con el ateismo que con la religión. La mística podría definirse como la "no necesidad de religión". Es la experiencia pura, personal, ininstitucionalizable. No tiene ninguna pretención demostrativa. La mística tiene con el vivir aquí y ahora, superando la ansiedad del tiempo y de la muerte.
¿Por que los nuevos catolicos integristas siguen siendo premodernos, prekantianos y no creen en la autonomía del sujeto?. Para ellos parece ser que la libertad no es primordial. Para que preocuparse en conducir su vida. Que vengan y me conduzcan, que es más comodo. La libertad para ellos continua estando supeditada a la ley natural y a la voluntad de divina. Tiemblan ante la posibilidad de que el ser humano sea dueño de su destino. ¿Y porque tanto temor? Pues porque si los seres humanos se acostumbran a ser dueños de su propio destino, la Iglesia pierde poder, pierde el viejo monopolio de las postrimerias y la manipulacion del miedo a la muerte. Hoy en día encuentras a gente, incluso menores de 30 años, que les resulta mas connatural la teocracia franquista y un régimen de verdades absolutas antes que vivir con el riesgo de autoconducirse.
La mística es un ejecicio de libertad, de no encasillamiento, puramente personal y que surge ante la falta de atractivo del sacerdocio sacrifical y levítico, que ni el mismo Cristo lo miraba con buenos ojos.
A la Iglesia no le interesa la libertad de sus fieles y ha utilizado el miedo a la muerte infinitas veces para mantener unida a la grey.
Somos un accidente biológico dentro de la trama única y plural de las cosas. La gente acepta sin rechistar, pasarse la vida dentro de uno mismo, no enterarse, no cambiar de persona, permanecer encapsulado en unos genes y unos tics.
Lo más escalofriante desde el punto de vista del ego, es pensar que cuando te mueres tienes que despedirte para siempre, no de los demás, sino de ti mismo. Adios para siempre a esa discutible identidad tan única como estranbótica: YO. Este es el gran miedo que produce la gran angustia. Nos preguntamos ¿qué será de mi sin mi?
De ese contrasentido han brotado todas las creencias de la inmortalidad, la reencarnación y otros antropomorfirmos semejantes.
Hay que trascender el ego, salirse de la jaula. No solo vivo yo, vive todo. Metáfora de la no separabilidad quantica. Las cosas son como son. Pertenecemos a un todo, formamos parte de un todo, no podemos escapar de este todo inseparable. La evolución es chapucera, como un cuento épico narrado por un tartamudo. Chapucera y fascinantemente imprevisible. Y aqui estamos.
Paniker y yo.

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Este es un espacio que cedo a mi hija Silvana en aras de su expresión y capacidad comunicativa.

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