Hay momentos en los que me sobrevienen ataques existenciales, normalmente inducidos o influenciados por personas a las que aprecias y quieres, y a las que les pasa algo. Y me refiero, sobre todo y la mayoría de veces, a una enfermedad, larga, desesperanzadora o con difícil solución. Una vez eliminada la idea de que la enfermedad proviene del pecado y del alejamiento de Dios. Una vez eliminada la idea de un Dios controlador de nuestras vidas, los sentimientos que saltan a mi mente están mediatizados por lo vivencial, por los conflictos y dilemas de existir, por las maldades, monstruos y estupidez humana.
En estos momentos bajos en los que reina el caos y no encuentras soluciones efectivas a los problemas que me acechan, la música ideal para ambientarlos, creada quizá para dar color al Existencialismo, es el Bolero de Rabel. Ese Existencialismo como corriente filosófica predominante en los años de las grandes guerras europeas. Una posguerra desesperanzada, de pobreza, de muerte de seres queridos y de desencuentros de personas. Ese escenario tan tétrico que alimentó esta corriente de pensamiento. Esta música es descriptiva, neuróticamente repetitiva e “in crescendo” para explotar finalmente en extravagantes asonancias.
En estas crisis vivenciales afloran sentimientos como lo absurdo de vivir, la insignificancia de ser humano, la libertad, el ateismo, la vida, la muerte y toda esa retahíla de preguntas sin respuesta o con respuesta a medias, que de poco sirven.
En estos ataques existencialistas vuelvo y vuelvo a preguntarme sobre la existencia, individual y colectivamente como naturaleza humana.
Está, eso si, la gran respuesta de la Iglesia a estas preguntas, tan dulce y envenenadamente fácil de escuchar y tan difícil de creer racionalmente. Cuando entra la Fe en juego, dejemos la razón en el armario.
Juegas con un puñado de abstracciones que puedes manejar, de ideas y conocimientos adquiridos o aprendidos durante tu vida que ni todos juntos ni por separado dan respuesta placentera al porqué de tus preguntas.
Siempre, al final, mi partida termina en tablas, por cansancio, en el mismo lugar donde comenzaste, al igual que la ha sucedido al resto de la humanidad durante siglos.
Contra los ataques existencialistas solamente hay una única solución que son los subidones místicos. La mística que convierte la experiencia en religión, experiencia propia de algo, de algo que me sirve para vivir aquí y ahora. Los místicos famosos no necesitaban de la religión para sus experiencias de Dios, aun mas, muchas veces eran anti-religión. Ellos obtenían las respuestas para su vida de su experiencia mística. En lo místico no hay hipótesis, ni dogmatismos, solamente hay experiencia y esta es de cada uno y a su manera, por si mismo, desde si mismo y para si mismo. No es "café con leche" para todos y menos en estos temas como es vivir. Lo que es bueno para mi, no siempre ser bueno para mi vecino (aunque Bancaja diga que si).
Esa experiencia, esa vivencia, es la que te procura tu propia ética. Tu ética personal, pues si fuera colectiva la llamaríamos moral y ya se sabe,” la moral es verde y se la comió un burro” (decían cuando yo estudiaba cosas de estas). La moral es la ética de una colectividad.
Esta ética personal, es la que tiene que servirte para ir tirando hacia delante, para continuar viviendo, para ilusionarte por progresar, para parchear día a día las dificultades, para buscar las mejores soluciones para cada uno de los problemas que surgen en el camino.
Los ataques místicos, basados en la experiencia vital, en el vivir hoy y ahora, son la tabla de salvación en los naufragios existencialistas. Sin la mística se acaba más o menos tarde depresivo esperando que álguien o algo te solucione lo que no tiene solución. Pero no todo en la vida tiene solución y no pasa nada. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a que no nos contraríen, y hay veces que la solución no nos gusta, o no existe. Y por esto no hay que deprimirse. Las personas tienen que continuar viviendo, teniendo experiencias y buscando agarraderos para no naufragar. Cuando las personas no quieren buscar mas, se hunden. Conozco esta tesitura. Pero es uno mismo el que tiene que agarrarse para no zozobrar.
.
Omnia Stabilitata.
Pensamiento y creación. Emilio Clemente.
5/5/08
8/12/07
23/9/07
Dibujos del verano 2007
Lo más normal es ser nornal. He tenido la oportunidad de hablar largamente con mis amigos en las largas tardes de merienda-cena y tertulia y ha surgido de nuevo el tema de como las actitudes de las personas es los mas importante para vivir. Uno puede ser un pacifista muy violento. Se puede ser Católico fanático o Católico pluralista, lo mismo digo Musulmán. Lo malo no está en ser Católico o Musulmán sino serlo de manera fundamentalista. Al igual que hay defensores de la democracia con talante intransigente y autoritario. Lo necesario es tenerse en pie, pero tenerse en pie sin absolutos y esto son los buenos modales. Cuesta ser pluralista abierto al diálogo. Un pluralismo que tenga unos mínimos de consenso, como pueden ser los Derechos Humanos, la Constitución. El pluralismo no es la Torre de Babel. El pluralismo es la convivencia de animales finitos y que asumen a la vez un lenguaje común, unos valores comunes y su finitud. Comunes y provisionales. El pluralismo es andar por la vida sin absolutos. Y como anda uno por la vida sin absolutos, pues con lo que llamamos mística, que no es sino la agilidad ontológica del que se siente en pie sin absolutos. Es la apertura infinita de la finitud. Porque solo la finitud plenamente asumida se abre a todo.Y esto es el "abandono creativo". El que absolutiza algo nunca se abandona: siempre esta rígido. El que no absolutiza nada, flota, fluye.
Paniker y yo.
18/4/07
Ética.¿Que hago con mi vida?
Reflexiones paralelas.
Hoy mi jefe, dentro de las reuniones mensuales, provocó un encuentro entre su grupo de responsables, que me ha gustado. Además y quizá, a parte de los datos ineludibles respectivos al negocio, ha tenido la delicadeza, cosa que tiene a bien procurarnos a menudo, de hacer una de sus reflexiones nutricias para el grupo. Nos hablaba del papel del director. Del director de lo que sea. Del tratamiento de los recursos humanos. Preguntarnos quienes son los que están trabajando junto a nosotros, colaborando en la consecución de los objetivos marcados por la empresa. El tema ha sido preguntarnos, preguntarles, sobre su predisposición, su ánimo, qué es de sus vidas, la ilusión por hacer cosas, como se enfrentan cada día a lo cotidiano.
Me ha venido a la cabeza un texto de José Antonio Marina que se llama “Ética para náufragos” afín a la idea que mi jefe quería desmenuzar. Los náufragos somos todos, las personas que en un medio hostil tienen que hacer algo para no ahogarse, con su inteligencia tienen que crear cosas para no sucumbir.
La ética no es sino la pregunta perenne de ¿que hago ahora con mi vida? ¿Que hacemos con nuestras vidas, con nuestro trabajo, con nuestro tiempo libre? El poeta dijo: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir.” Lo dijo el poeta, pero ya se sabe que los poetas mienten mucho. Vivir no es parecido a un rió que discurre mediatizado por un cauce y por un régimen pluviométrico. Quizás vivir es más parecido a escribir. En cada párrafo tenemos que pensar que hacer y que palabras elegimos para continuar el texto para plasmar nuestra idea. Hacemos un ejercicio de libertad. Los ríos no tienen capacidad de decisión sino que están mediatizados y no tienen más remedio que discurrir sin pena ni gloria por su cauce. Nosotros, nuestros compañeros, tenemos que dejar de ser ríos. Nuestros amigos tienen que dejar de ser ríos y salirse del cauce establecido porque hacen ejercicio de libertad. Aunque siempre inmersos en limitaciones físicas, psicológicas, económicas, de los determinismos íntimos y determinismos externos. Pero sin nuestra pulsión de cambio no salimos del cauce y realmente “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”. Las rutinas nos guardan siempre ofreciéndonos un seno maternal, sin problemas ni sobresaltos, calido y adormecedor donde adoptar una postura fetal y descansar. Podemos adoptar esos automatismos regresivos y luego quejarnos de la monotonía. Incluso puede ser delicioso cortarnos los pies y luego quejarnos de nuestra cojera, pero esto no es recomendable. En conclusión tenemos que hacer un ejercicio de libertad, ser los artífices de nuestra vida, minuto a minuto. En un mundo que nos tiene en vilo debemos elegir constantemente, eso es la ética, el “que hacer en cada momento con nuestra vida” y lo mejor es no ser rió, determinado en su curso, en su trayecto, en su muerte. Salir del cauce, ser dueño de sus propios actos sin abandonarse en la continuidad. Podría enumerar más de un compañero que es río, se deja llevar por los acontecimientos, por el devenir del día a día, pero sin tomar parte activamente en su historia particular. Se deja llevar, discurrir placidamente dentro de la paz del cause, sin abruptos, sin contracorrientes. A veces el determinismo nos deja poco margen para la libertad. Estamos mediatizados por la empresa, por nuestra familia, por nuestras limitaciones, por nuestra formación y concepción del mundo, pero siempre hay un margen de decisión en nuestras manos para hacer algo, algo, lo que sea, no nada, no discurrir placidamente. Mi jefe no siempre tiene razón pero acierta diciendo: si lo que hoy has hecho no consigue lo deseado, mañana tendrás que hacer algo distinto. Un ejercicio de libertad. Con nuestras imitaciones deberemos de sobreponernos, superarnos, sobrevivir, subirse encima de uno mismo, de nuestras particularidades, vernos por encima de nosotros mismo. Lo contrario es hundirse, perderse, degradarse, abandonarse, dejarse llevar. Hay que burlarse del destino, la ética es preguntarnos qué hacemos con nuestras vidas, es burlarse del determinismo, de la rutina, de la maldad, del tedio. Tenemos que tener capacidad para inventar nuestra vida y en esto estamos. Ojala pudiera transmitir esto a mis colaboradores y que lo tuvieran claro. A mi también me resulta difícil. Realmente vivimos en un mundo con una ética muy precaria.
Hoy mi jefe, dentro de las reuniones mensuales, provocó un encuentro entre su grupo de responsables, que me ha gustado. Además y quizá, a parte de los datos ineludibles respectivos al negocio, ha tenido la delicadeza, cosa que tiene a bien procurarnos a menudo, de hacer una de sus reflexiones nutricias para el grupo. Nos hablaba del papel del director. Del director de lo que sea. Del tratamiento de los recursos humanos. Preguntarnos quienes son los que están trabajando junto a nosotros, colaborando en la consecución de los objetivos marcados por la empresa. El tema ha sido preguntarnos, preguntarles, sobre su predisposición, su ánimo, qué es de sus vidas, la ilusión por hacer cosas, como se enfrentan cada día a lo cotidiano.
Me ha venido a la cabeza un texto de José Antonio Marina que se llama “Ética para náufragos” afín a la idea que mi jefe quería desmenuzar. Los náufragos somos todos, las personas que en un medio hostil tienen que hacer algo para no ahogarse, con su inteligencia tienen que crear cosas para no sucumbir.
La ética no es sino la pregunta perenne de ¿que hago ahora con mi vida? ¿Que hacemos con nuestras vidas, con nuestro trabajo, con nuestro tiempo libre? El poeta dijo: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir.” Lo dijo el poeta, pero ya se sabe que los poetas mienten mucho. Vivir no es parecido a un rió que discurre mediatizado por un cauce y por un régimen pluviométrico. Quizás vivir es más parecido a escribir. En cada párrafo tenemos que pensar que hacer y que palabras elegimos para continuar el texto para plasmar nuestra idea. Hacemos un ejercicio de libertad. Los ríos no tienen capacidad de decisión sino que están mediatizados y no tienen más remedio que discurrir sin pena ni gloria por su cauce. Nosotros, nuestros compañeros, tenemos que dejar de ser ríos. Nuestros amigos tienen que dejar de ser ríos y salirse del cauce establecido porque hacen ejercicio de libertad. Aunque siempre inmersos en limitaciones físicas, psicológicas, económicas, de los determinismos íntimos y determinismos externos. Pero sin nuestra pulsión de cambio no salimos del cauce y realmente “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”. Las rutinas nos guardan siempre ofreciéndonos un seno maternal, sin problemas ni sobresaltos, calido y adormecedor donde adoptar una postura fetal y descansar. Podemos adoptar esos automatismos regresivos y luego quejarnos de la monotonía. Incluso puede ser delicioso cortarnos los pies y luego quejarnos de nuestra cojera, pero esto no es recomendable. En conclusión tenemos que hacer un ejercicio de libertad, ser los artífices de nuestra vida, minuto a minuto. En un mundo que nos tiene en vilo debemos elegir constantemente, eso es la ética, el “que hacer en cada momento con nuestra vida” y lo mejor es no ser rió, determinado en su curso, en su trayecto, en su muerte. Salir del cauce, ser dueño de sus propios actos sin abandonarse en la continuidad. Podría enumerar más de un compañero que es río, se deja llevar por los acontecimientos, por el devenir del día a día, pero sin tomar parte activamente en su historia particular. Se deja llevar, discurrir placidamente dentro de la paz del cause, sin abruptos, sin contracorrientes. A veces el determinismo nos deja poco margen para la libertad. Estamos mediatizados por la empresa, por nuestra familia, por nuestras limitaciones, por nuestra formación y concepción del mundo, pero siempre hay un margen de decisión en nuestras manos para hacer algo, algo, lo que sea, no nada, no discurrir placidamente. Mi jefe no siempre tiene razón pero acierta diciendo: si lo que hoy has hecho no consigue lo deseado, mañana tendrás que hacer algo distinto. Un ejercicio de libertad. Con nuestras imitaciones deberemos de sobreponernos, superarnos, sobrevivir, subirse encima de uno mismo, de nuestras particularidades, vernos por encima de nosotros mismo. Lo contrario es hundirse, perderse, degradarse, abandonarse, dejarse llevar. Hay que burlarse del destino, la ética es preguntarnos qué hacemos con nuestras vidas, es burlarse del determinismo, de la rutina, de la maldad, del tedio. Tenemos que tener capacidad para inventar nuestra vida y en esto estamos. Ojala pudiera transmitir esto a mis colaboradores y que lo tuvieran claro. A mi también me resulta difícil. Realmente vivimos en un mundo con una ética muy precaria.
21/1/07
Arte/Religión.
Según se mire, el arte y la religión es una enfermedad, según se mire es la mejor aproximación a lo real. El genuino artista no pretende nada. Es el arte por el arte. Se siente a gusto creando, abandonado a la creación en un contexto favorable. Construir este contexto favorable es una labor previa indispensable. Todo arte es transcendente en la medida que consigue aproximarse a lo real. Todo arte es peligroso, o si se prefiere sacrificial. En la historia del pensamiento occidental, el arte deja de entenderse como copia de la natiraleza y pasa a ser creador de realidad. El artista/visionario hace una cierta experiencia de lo inacesible. En nuestro tiempo resulta evidente la dimensión religiosa del arte, su función compensadora de la secularidad y la tecnociencia. Todo el fetichismo, el mundo del diseño, el mundo de las marcas comerciales, es síntoma del vacío dejado por las predicaciones muertas de las iglesias. Trasnochadas e inservibles para muchos. El arte ha sido siempre sagrado, ambivalente. Ha provocado fascinación y temor. Y quien dude de ello no tiene mas que comprobar la inmensa desconfianza con que el arte ha sido contemplado por los poderes establecidos, muy particularmente por las iglesias. Ello es que el arte destruye los discursos estereotipados de la sacralidad oficial, para abrir las puertas del misterio mucho más terrible y mas peligroso de la sacralidad real. En el romanticismo los artistas eran muy conscientes de ello. Ellos transportablan la antorcha del misterio y a menudo morian en el altar del sacrificio.
Hegel decretó no tanto la muerte del arte como del caracter religioso del arte. El arte sigue siendo la religión de los que no tienen religión. La actualidad es una edad de cambio cultural, de fragmentación, provisionalidad, , vacio y eclecticismo. Hoy las vanguardias están en crisis permamente. No hay una orientacion general ya que todos los estilos están a nuestra disposición arbitrariamente. Hoy se lleva la mezcla de la nuevas tecnologias y el origen remoto del arte. La naturaleza vuelve a ser divina porque es imprevisible y creadora. La naturaleza es resacralizada. El monoteismo bíblico había despojado a la naturaleza de toda sacralidad, pero la religión subterranea, esto es el arte, ha mantenido siempre la llama. La naturaleza es ciertamente un todo. Pero además de armoniosa es disonante, cruel, arbitraria. No existen en ella las Ideas Platonicas. Noy hay leyes eternas. La naturaleza va improvisando sobre la marcha.
Hoy el arte ya no lo entendemos como trascendente, pero no es porque haya perdido el sentido de la trascendencia (porque el arte es trascendencia), lo que ocurre es que hay poco arte. Siempre ha habido poco arte.
Paniker y yo.
Hegel decretó no tanto la muerte del arte como del caracter religioso del arte. El arte sigue siendo la religión de los que no tienen religión. La actualidad es una edad de cambio cultural, de fragmentación, provisionalidad, , vacio y eclecticismo. Hoy las vanguardias están en crisis permamente. No hay una orientacion general ya que todos los estilos están a nuestra disposición arbitrariamente. Hoy se lleva la mezcla de la nuevas tecnologias y el origen remoto del arte. La naturaleza vuelve a ser divina porque es imprevisible y creadora. La naturaleza es resacralizada. El monoteismo bíblico había despojado a la naturaleza de toda sacralidad, pero la religión subterranea, esto es el arte, ha mantenido siempre la llama. La naturaleza es ciertamente un todo. Pero además de armoniosa es disonante, cruel, arbitraria. No existen en ella las Ideas Platonicas. Noy hay leyes eternas. La naturaleza va improvisando sobre la marcha.
Hoy el arte ya no lo entendemos como trascendente, pero no es porque haya perdido el sentido de la trascendencia (porque el arte es trascendencia), lo que ocurre es que hay poco arte. Siempre ha habido poco arte.
Paniker y yo.
20/1/07
La mística y la muerte
La mística es la más completa evasión de la realidad. La mística se siente, por así decirlo, mas agusto con el ateismo que con la religión. La mística podría definirse como la "no necesidad de religión". Es la experiencia pura, personal, ininstitucionalizable. No tiene ninguna pretención demostrativa. La mística tiene con el vivir aquí y ahora, superando la ansiedad del tiempo y de la muerte.
¿Por que los nuevos catolicos integristas siguen siendo premodernos, prekantianos y no creen en la autonomía del sujeto?. Para ellos parece ser que la libertad no es primordial. Para que preocuparse en conducir su vida. Que vengan y me conduzcan, que es más comodo. La libertad para ellos continua estando supeditada a la ley natural y a la voluntad de divina. Tiemblan ante la posibilidad de que el ser humano sea dueño de su destino. ¿Y porque tanto temor? Pues porque si los seres humanos se acostumbran a ser dueños de su propio destino, la Iglesia pierde poder, pierde el viejo monopolio de las postrimerias y la manipulacion del miedo a la muerte. Hoy en día encuentras a gente, incluso menores de 30 años, que les resulta mas connatural la teocracia franquista y un régimen de verdades absolutas antes que vivir con el riesgo de autoconducirse.
La mística es un ejecicio de libertad, de no encasillamiento, puramente personal y que surge ante la falta de atractivo del sacerdocio sacrifical y levítico, que ni el mismo Cristo lo miraba con buenos ojos.
A la Iglesia no le interesa la libertad de sus fieles y ha utilizado el miedo a la muerte infinitas veces para mantener unida a la grey.
Somos un accidente biológico dentro de la trama única y plural de las cosas. La gente acepta sin rechistar, pasarse la vida dentro de uno mismo, no enterarse, no cambiar de persona, permanecer encapsulado en unos genes y unos tics.
Lo más escalofriante desde el punto de vista del ego, es pensar que cuando te mueres tienes que despedirte para siempre, no de los demás, sino de ti mismo. Adios para siempre a esa discutible identidad tan única como estranbótica: YO. Este es el gran miedo que produce la gran angustia. Nos preguntamos ¿qué será de mi sin mi?
De ese contrasentido han brotado todas las creencias de la inmortalidad, la reencarnación y otros antropomorfirmos semejantes.
Hay que trascender el ego, salirse de la jaula. No solo vivo yo, vive todo. Metáfora de la no separabilidad quantica. Las cosas son como son. Pertenecemos a un todo, formamos parte de un todo, no podemos escapar de este todo inseparable. La evolución es chapucera, como un cuento épico narrado por un tartamudo. Chapucera y fascinantemente imprevisible. Y aqui estamos.
Paniker y yo.
¿Por que los nuevos catolicos integristas siguen siendo premodernos, prekantianos y no creen en la autonomía del sujeto?. Para ellos parece ser que la libertad no es primordial. Para que preocuparse en conducir su vida. Que vengan y me conduzcan, que es más comodo. La libertad para ellos continua estando supeditada a la ley natural y a la voluntad de divina. Tiemblan ante la posibilidad de que el ser humano sea dueño de su destino. ¿Y porque tanto temor? Pues porque si los seres humanos se acostumbran a ser dueños de su propio destino, la Iglesia pierde poder, pierde el viejo monopolio de las postrimerias y la manipulacion del miedo a la muerte. Hoy en día encuentras a gente, incluso menores de 30 años, que les resulta mas connatural la teocracia franquista y un régimen de verdades absolutas antes que vivir con el riesgo de autoconducirse.
La mística es un ejecicio de libertad, de no encasillamiento, puramente personal y que surge ante la falta de atractivo del sacerdocio sacrifical y levítico, que ni el mismo Cristo lo miraba con buenos ojos.
A la Iglesia no le interesa la libertad de sus fieles y ha utilizado el miedo a la muerte infinitas veces para mantener unida a la grey.
Somos un accidente biológico dentro de la trama única y plural de las cosas. La gente acepta sin rechistar, pasarse la vida dentro de uno mismo, no enterarse, no cambiar de persona, permanecer encapsulado en unos genes y unos tics.
Lo más escalofriante desde el punto de vista del ego, es pensar que cuando te mueres tienes que despedirte para siempre, no de los demás, sino de ti mismo. Adios para siempre a esa discutible identidad tan única como estranbótica: YO. Este es el gran miedo que produce la gran angustia. Nos preguntamos ¿qué será de mi sin mi?
De ese contrasentido han brotado todas las creencias de la inmortalidad, la reencarnación y otros antropomorfirmos semejantes.
Hay que trascender el ego, salirse de la jaula. No solo vivo yo, vive todo. Metáfora de la no separabilidad quantica. Las cosas son como son. Pertenecemos a un todo, formamos parte de un todo, no podemos escapar de este todo inseparable. La evolución es chapucera, como un cuento épico narrado por un tartamudo. Chapucera y fascinantemente imprevisible. Y aqui estamos.
Paniker y yo.
31/12/06
Dibujos
30/12/06
Experiencia de lo sagrado/Mística
El concepto de lo íntimo, de lo secreto es muy relativo, subjetivo y cultural. Siempre me he metido en camisas de once varas y escarceos con al trascendencia. Creo que es hora, y así lo pensamos más uno de mis amigos, de rescatar la sensibilidad religiosa del ridículo monopolio de los curas, los brahamanes y los burócratas sin arte y sin misterio. Hay una idea que tenemos clara de la que participo enormemente y es: que hay personas que nos hemos dado de baja unilateralmente de toda institución religiosa, no por falta de sensibilidad religiosa sino por exceso de ella. Lo sagrado vive por la vía del asombro.
Sagrado viene del latín “sacer”, es lo que está separado, lo que delimita el espacio “fanum” del “profanum”. Es lo que le da profundidad a la mirada y no permite que el mundo sea un espacio plano. Lo sagrado es lo real, también lo totalmente otro, a la vez fascinante y terrible. Lo que antes nos venía de la mano de los mitos, esas imágenes arquetípicas hoy no lo hace. Hoy los mitos son raquíticos, se restringen a O.T., brodio insuperable de TV, la Jurado y otros muchos del mundo de la farándula y el periodismo basura tan en boga en nuestra civilización, que se retro-alimentan de gilipolleces para tener de que hablar y de que ocuparse. En occidente los viejos mitos literarios no parecen tenerse en pie. Aunque es fácilmente detectable que en este mar de tonterías permanecen inalterables los viejos mitos inmutables de forma subterránea.
Mi formación ha sido totalmente humanística y clasicoide y ha dejado un lastre que unas veces pesa y otras te ayuda a vivir de una forma mas alejada del existencialismo. En mis años de adolescencia tuve experiencia de lo sagrado a traves de la música y la liturgia católica con la que tuve que tener afinidad. Recuerdo las celebraciones religiosas en Castellnovo en Semana Santa. Experimentaba una especie de catarsis tras la representación de la Pasión cada año para la primavera. Desde la novena del Cristo de la Misericordia en la que cada día, Ramón Tortajada, el cura de mi pueblo, nos hacia cantar un Miserere en canto llano a cuatro voces en la Capilla del Cristo. Un año vino un coro de Valencia que interpretó, de forma sesgada, el Oficio de Semana Santa de Tomas Luis de Victoria. La escenografía acompañaba a la música y el todo resultaba especialmente eficaz. Se iban apagando paulatinamente los cirios del altar, esta era la única zona iluminada de la nave, al final toda la iglesia quedaba “in tenebris”. Era algo palpable de lo que se quería comunicar. La oscuridad que cubrió al mundo cuando Cristo falleció. Este efecto psicológico iba ligado al fluir casi impersonal de la música. Los cirios se iban apagando estrofa a estrofa hasta conducir a la noche oscura del alma. Lo que sucede luego es la noche de Pascua de Resurrección, que sin duda alguna es lo esencial de Cristianismo, que comienza la celebración litúrgica con la nave de la Iglesia totalmente en tinieblas a excepción del cirio pascual que representa a Cristo. En este momento brilla una sola llama en la nave de la Iglesia y poco a poco se van encendiendo candelas de cada uno de los fieles que multiplica la luz inicial cambiando el efecto trágico del Oficio de Tinieblas. Estos momentos no prueban la existencia de Dios, pero si la existencia de “algo”. Algo en vez de nada. Por lo menos nos prepara para la experiencia mística de la noche. La experiencia de algo. La experiencia de Dios? La experiencia mística por supuesto. La experiencia de lo sagrado. La experiencia de que todo es lo mismo siendo todo tan diverso según la persona que lo experimenta. Lo malo es que a base de reproducir la misma liturgia todos los años, al final queda sin contenido y vacía. Es algo mecánico.
Otros momentos especiales los experimenté en la Abadia de Poblet, también en mi adolescendia y en una temporada que varios compañeros residimos en este monasterio. Sabido es el culto de la Virgen por el Cirter. No se si quedarme con este hecho sin mas o buscarle algún contenido o significado mas allá de lo meramente devocional. El caso es que todas las mañanas a las cinco de la madrugada, sentado en el coro de la nave de la Iglesia junto con el resto de la comunidad y como música de fondo la Salve Cisterciense, por las ventanas ojivales del presbiterio comenzaba a entrar el sol filtrando sus rayos los cristales lechosos de las vidrieras. Para mi suponía una experiencia emocionanate, gratificante. Una experiencia-vivencia de algo que estaba entre la realidad y la ensoñación. Algo más acompañaba y eran mis posaderas frías por el gélido asiento del coro y la nariz helada por el paseo inevitable por el claustro hasta llegar a la iglesia a esta hora tan temprana. Creo que para los monjes que viven hoy en Poblet este momento continua teniendo su encanto. Aquellos días conviviendo con la comunidad de Santa María de Poblet, sobre todo en las horas de oración y por la majestuosidad y sobriedad del edificio, fueron significativos para mi en cuento a la experiencia de Dios, de lo sagrado, de lo trascendente.
S.Paniker y yo.
Sagrado viene del latín “sacer”, es lo que está separado, lo que delimita el espacio “fanum” del “profanum”. Es lo que le da profundidad a la mirada y no permite que el mundo sea un espacio plano. Lo sagrado es lo real, también lo totalmente otro, a la vez fascinante y terrible. Lo que antes nos venía de la mano de los mitos, esas imágenes arquetípicas hoy no lo hace. Hoy los mitos son raquíticos, se restringen a O.T., brodio insuperable de TV, la Jurado y otros muchos del mundo de la farándula y el periodismo basura tan en boga en nuestra civilización, que se retro-alimentan de gilipolleces para tener de que hablar y de que ocuparse. En occidente los viejos mitos literarios no parecen tenerse en pie. Aunque es fácilmente detectable que en este mar de tonterías permanecen inalterables los viejos mitos inmutables de forma subterránea.
Mi formación ha sido totalmente humanística y clasicoide y ha dejado un lastre que unas veces pesa y otras te ayuda a vivir de una forma mas alejada del existencialismo. En mis años de adolescencia tuve experiencia de lo sagrado a traves de la música y la liturgia católica con la que tuve que tener afinidad. Recuerdo las celebraciones religiosas en Castellnovo en Semana Santa. Experimentaba una especie de catarsis tras la representación de la Pasión cada año para la primavera. Desde la novena del Cristo de la Misericordia en la que cada día, Ramón Tortajada, el cura de mi pueblo, nos hacia cantar un Miserere en canto llano a cuatro voces en la Capilla del Cristo. Un año vino un coro de Valencia que interpretó, de forma sesgada, el Oficio de Semana Santa de Tomas Luis de Victoria. La escenografía acompañaba a la música y el todo resultaba especialmente eficaz. Se iban apagando paulatinamente los cirios del altar, esta era la única zona iluminada de la nave, al final toda la iglesia quedaba “in tenebris”. Era algo palpable de lo que se quería comunicar. La oscuridad que cubrió al mundo cuando Cristo falleció. Este efecto psicológico iba ligado al fluir casi impersonal de la música. Los cirios se iban apagando estrofa a estrofa hasta conducir a la noche oscura del alma. Lo que sucede luego es la noche de Pascua de Resurrección, que sin duda alguna es lo esencial de Cristianismo, que comienza la celebración litúrgica con la nave de la Iglesia totalmente en tinieblas a excepción del cirio pascual que representa a Cristo. En este momento brilla una sola llama en la nave de la Iglesia y poco a poco se van encendiendo candelas de cada uno de los fieles que multiplica la luz inicial cambiando el efecto trágico del Oficio de Tinieblas. Estos momentos no prueban la existencia de Dios, pero si la existencia de “algo”. Algo en vez de nada. Por lo menos nos prepara para la experiencia mística de la noche. La experiencia de algo. La experiencia de Dios? La experiencia mística por supuesto. La experiencia de lo sagrado. La experiencia de que todo es lo mismo siendo todo tan diverso según la persona que lo experimenta. Lo malo es que a base de reproducir la misma liturgia todos los años, al final queda sin contenido y vacía. Es algo mecánico.
Otros momentos especiales los experimenté en la Abadia de Poblet, también en mi adolescendia y en una temporada que varios compañeros residimos en este monasterio. Sabido es el culto de la Virgen por el Cirter. No se si quedarme con este hecho sin mas o buscarle algún contenido o significado mas allá de lo meramente devocional. El caso es que todas las mañanas a las cinco de la madrugada, sentado en el coro de la nave de la Iglesia junto con el resto de la comunidad y como música de fondo la Salve Cisterciense, por las ventanas ojivales del presbiterio comenzaba a entrar el sol filtrando sus rayos los cristales lechosos de las vidrieras. Para mi suponía una experiencia emocionanate, gratificante. Una experiencia-vivencia de algo que estaba entre la realidad y la ensoñación. Algo más acompañaba y eran mis posaderas frías por el gélido asiento del coro y la nariz helada por el paseo inevitable por el claustro hasta llegar a la iglesia a esta hora tan temprana. Creo que para los monjes que viven hoy en Poblet este momento continua teniendo su encanto. Aquellos días conviviendo con la comunidad de Santa María de Poblet, sobre todo en las horas de oración y por la majestuosidad y sobriedad del edificio, fueron significativos para mi en cuento a la experiencia de Dios, de lo sagrado, de lo trascendente.
S.Paniker y yo.
26/12/06
MIS PRIMEROS DIBUJOS TRAS EL PARENTESIS
Creo que ya he sobrepasado el ecuador de mi vida. Estoy a más del 50%. De esta mitad, la mitad me la he pasado formándome y la otra mitad, hasta la actualidad, deformándome. La formación que me dieron en mi etapa de formación no era la mas idónea para el trabajo que desarrollo y por lo tanto me tuve que reformar y amoldar a las formas de mi empresa adquiriendo de forma continua información actualizada sobre mi trabajo.
En mi etapa de formación me gustaba dibujar. Tras años de inactividad en este tema, he vuelto a recuperar el mundo creativo. Los más curioso es que me gustan las mismas formas que antaño. He vuelto a recrearme en el cuerpo humano, reviviendo el dibujo figurativo. De esta obra reciente aquí hay una muestra. Si a alguien le gusta, no esta en venta, ya que regalo los dibujos a la gente incosciente que es capaz de colgarlo en la pered de su casa. Normalmente amigos sin escrúpulos y amplios de miras que lo que menos les importa es el dibujo en sí, sino que alardean del autor.
En mi etapa de formación me gustaba dibujar. Tras años de inactividad en este tema, he vuelto a recuperar el mundo creativo. Los más curioso es que me gustan las mismas formas que antaño. He vuelto a recrearme en el cuerpo humano, reviviendo el dibujo figurativo. De esta obra reciente aquí hay una muestra. Si a alguien le gusta, no esta en venta, ya que regalo los dibujos a la gente incosciente que es capaz de colgarlo en la pered de su casa. Normalmente amigos sin escrúpulos y amplios de miras que lo que menos les importa es el dibujo en sí, sino que alardean del autor.
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Las formas continuan tras la deformación
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- Emilio Clemente
- Este es un espacio que cedo a mi hija Silvana en aras de su expresión y capacidad comunicativa.
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